En honor a Ruth Joan Bader Ginsburg, un Icono Feminista de Resonancia Mundial
Ningún avance social se consigue sin lucha. A pocos días de su fallecimiento Ruth Joan Bader Ginsburg, se convirtió en un icono feminista de resonancia mundial, un referente generacional. En está ocasión el presente artículo lo escribo llena de admiración, respeto, reconocimiento y agradecimiento por toda su lucha, por sus logros no solo a favor de las mujeres de su país, sino del mundo.
Sé que como yo, muchas mujeres cuando conozcan su historia de vida, de lucha, se sentirán identificadas con ella. En realidad Ruth Bader, no murió, estará más presente que nunca en todas aquellas luchas que se emprendan por todas nosotras. Su legado es realmente fuerte, solido, contundente. Ella es la voz de la igualdad.
Ruth Bader nació en Brooklyn en el seno de una modesta familia judía. Su madre, Celia, la impulsó a los libros y al estudio. Desafortunadamente murió el día que Ruth tenía que graduarse. Estudió con una beca en la Universidad de Cornell en los años 50. Conoció entonces al que sería su esposo, Martin Ginsburg, estudiaron juntos Derecho en la Universidad de Harvard. A pesar de sus circunstancias se impuso como una de las mejores de su clase.
Así como Ruth, cuantas de nosotras nos enfrentamos desde niñas a circunstancias difíciles, exigiendo, luchando, defendiendo lo que nos corresponde, por lo que no está y lo que sí, regido por la ley, por todo aquello que nos pertenece. Cuantas de nosotras luchamos y nos esmeramos en ser las mejores a diario?
En 1972 fundó la sección de derechos de la mujer en la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, desde donde inició la batalla legal por la igualdad entre hombres y mujeres. Lideró seis de los principales casos ante la Corte Suprema de Estados Unidos, de los que ganó cinco. En 1971 el tribunal dictaminó por primera vez que tratar a una mujer diferente a un hombre violaba la Constitución y era ilegal. Esto fue conocido como el caso Reed V.
Ruth Bader fue una brillante abogada, profesión en la que coincidimos. Comenzó su carrera judicial en 1980, cuando el presidente Jimmy Carter la nombró jueza del Tribunal de Apelaciones del Distrito de Columbia, donde pasó 13 años. En 1993, el presidente Bill Clinton la nombró jueza del Tribunal Supremo tras el retiro del juez asociado Byron White. El Senado confirmó su nombramiento con una votación de 96 a 3.
Se convirtió así en la segunda mujer en la historia, tras Sandra Day O’Connor, en servir en este alto órgano judicial; posteriormente se incorporaron Sonia Sotomayor y Elena Kagan.
Fue una de las principales voces del ala liberal del Tribunal Supremo. Durante sus años en el Tribunal, Ginsburg votó a favor de la legalización del aborto y de la citación de Derecho Internacional en las opiniones de la Corte. Además, votó en contra de la pena de muerte y a favor de los derechos de los homosexuales.
Una mujer que como muchas que han sido referente, cambió la historia de la igualdad de género, cuando junto a su esposo llevó un caso de discriminación hasta la Corte Suprema. Juntos lograron cambios sustanciales.
Hace un año leía un artículo relacionado a su película biográfica, donde la autora mencionaba que quizá el nombre de Ruth Joan Bader Ginsburg, fuera de Estados Unidos no significaba nada para algunos, más en una generación donde damos por hecho todo lo que vivimos. Sin embargo menciona textualmente, estamos frente a una mujer que logró inspirar a toda una generación para luchar por una mayor equidad e igualdad de género en la lejana década de los 60 en la Unión americana.
Una película imperdible, que les recomiendo que vean, un filme que te muestra como Ruth Bader en la Universidad de Harvard, se enfrentó con una matrícula de hombres, en una época en que la carrera de Derecho no aceptaba mujeres. Sufrió discriminación por el simple hecho de ser mujer, puesto que se les consideraba como un ser inferior en esa época. A pesar de haber sido la mejor alumna de su generación, no consiguió un trabajo acorde a sus estudios, aunque intentó entrar a más de 10 bufetes de abogados.
Su opción fue ser profesora, sin saber que ahí encontraría el gran impulso para continuar, puesto que el espíritu activista de sus alumnos la inspiró a querer generar el cambio y trabajar junto a su esposo abogado, en casos de inequidad de género y luchar por los derechos de las mujeres.
Una lucha que aunque han pasado décadas, está más viva que nunca, que nosotras las mujeres buscamos conseguir nuestro lugar en la sociedad machista y luchar porque se nos considere iguales a los hombres. Una lucha que parece interminable.
Algo que de manera personal me parece admirable es como Ruth Bader, nunca dejó a un lado a su esposo y siempre buscó la manera en que ambos salieran adelante. Lucharon porque se le reconocieran sus derechos como tal. Este ejemplo en particular me remonta a una parte de mi caminar profesional, en el cual conocí a una niña, ahora jovencita, quien desde pequeña identificó y cuestiono muchas cosas, hoy a su corta edad Fernanda Viramontes, es Escritora, activista, lucha por transitar en un camino de igualdad. Ha alzado su voz por nosotras, no solo en nuestro país, México, sino en parte del mundo. Pronto les hablare de ella.
Así es como, Ruth Joan Bader Ginsburg, estos últimos días después de su lamentable fallecimiento, me regreso a mis recuerdos, a mi infancia cuando escuche por primera vez, ¡no porque eres niña!, y no lo permití. En mi adolescencia, cuando escuche, tienen prioridad los de escuelas privadas y menos si eres mujer, no lo permití. En mi Juventud, si es guapa no es inteligente, no lo permití. De adulta y ya profesionista, ese lugar, puesto o cargo es para un hombre, no lo permití. Y mi última experiencia donde por ser hombre y tener un liderazgo efímero y sentirse intocable, creen que te pueden señalar y calumniar injustamente. No lo permití. Un sin fin de experiencias y anécdotas que algunas están plasmadas en un cuento que escribí, con tintes biográficos, que actualmente se encuentra en concurso y que por obvias razones aún no puedo compartir, pero estoy ansiosa de hacerlo.
Ruth y muchas mujeres de otras épocas, de la actual y futuras, serán, y son fuentes de inspiración para nosotras.
Nos invita a reflexionar sobre los tiempos en que vivimos y darnos cuenta de que todo cambio se logra sólo a través de la perseverancia y lucha constante, de nunca rendirnos cuando las cosas van mal, de cuestionar todo lo que nos rodea. Solo así podremos ser una mejor versión de nosotros mismos, solo así lograremos vivir en igualdad, ser firmes.
“Lucha por las cosas que te importan, pero hazlo de una forma que lleve a que otros se te unan”. Ruth Joan Bader Ginsburg
Transitemos en un camino de igualdad.

Abogada de profesión, apasionada de la política, maestra de Historia Universal, catedrática de la Universidad Autónoma de Durango, ha fungido como funcionaria pública en los tres niveles de Gobierno Municipal, Estatal y Federal, así mismo se ha destacado en la iniciativa privada, se ha unido a causas en pro de la Violencia contra la mujeres y niñas para transitar en un camino de igualdad, socia de EMPREMMEXI, asociación de mujeres empresarias y emprendedoras en pro del empoderamiento de la mujer, sus pasatiempos favoritos son la lectura, escribir, disfrutar en familia y amigos, ama la naturaleza.
licilianazenith@hotmail.com